En una sesión de SEMIÓTICA EL OBJETO


En una sesión de SEMIÓTICA EL OBJETO en la UNIVERSIDAD JAVERIANA, para la Carrera de Diseño Industrial, una estudiante escribió lo siguiente: 

En la actual sesión se aborda el tema de la Hermenéutica según la lectura “La Hermenéutica de lo Diseñado” escrita por el profesor JESÚS MA PINEDA, es una disciplina encargada de la interpretación del discurso de los objetos en el caso específico del diseño.

Respecto a esta disciplina, se aclara que su nombre viene del griego Hermes, dios mensajero e intérprete del Olimpo; a su vez, la palabra “Hermético” que se desprende, significa aquello que no podemos saber de qué se trata porque está sellado para nosotros, está sellado a nuestra interpretación.

Siguiendo esta línea de ideas, se propone de acuerdo a la lectura que la hermenéutica se presenta en la interacción con un objeto como la liberación del sentido previamente allí puesto por el diseñador, permitiéndole a éste comunicar. Es la intención de comunicar y significación  integrados, convirtiendo así, el sentido de lo diseñado en una construcción intencional.

Argumentando lo contrario, se habla de una especie de ruptura entre el discurso de los objetos (emisor) y la interpretación de quien interactúa (receptor). Esto quiere decir, que el sentido de los objetos se basa en la subjetividad y no en la objetividad.

De la mano de lo anterior, se inicia una discusión en la que se plantean diferentes interrogantes, como por ejemplo: ¿Leer hace que pierda sentido el objeto? Con respecto a éste se comenta sobre el artículo del escritor colombiano Jorge Aristizabal, en el que expone que cuando interpretamos un objeto, le descargamos algo de su esencia, con cada interpretación le quitamos algo. Es decir, que interpretar un objeto de alguna forma es hacer que el objeto pierda sentido, afirmando el interrogante.

En contraposición a eso se puede decir que las diferentes interpretaciones que se hacen de un objeto,  son un asunto de enriquecimiento, pues la diversidad de interpretaciones da lugar a la resignificación, que a su vez, podría entenderse como un "desvío" de la intención original.

Ahora bien, en cuanto a la resignificación de los objetos, la cultura juega un papel muy importante, pues la interpretación es necesaria para que haya después significación, y dicha interpretación, como se ha mencionado, depende de los conceptos previos que se absorben de lo que hemos vivido y la cultura social que nos rodea. Claro ejemplo de ello, son las sociedades en las cuales designamos muchos nombres a un objeto, es una especie de acuerdo que gracias a eso tiene sentido para todos.

Teniendo en cuenta que la hermenéutica es puro conocimiento interpretado, el paradigma propio y puesto en la búsqueda de un determinado saber, como por ejemplo: ¿Qué ocurre cuando los objetos presentan códigos que resultan inaccesibles porque no son de nuestra cultura?, se responde: En este caso hay que examinar la expresión taxonómica del objeto, la triada generada por la sintaxis (relaciones), la semántica (significados o valores) y la praxis (uso en el contexto).

La triada es cuestión de jerarquías interpretativas y significativas del sujeto quien lee al objeto y se muestran con orden enfático, y así, algunos aspectos se revelan por encima del objeto y algunos sobresalen más que otros, ello se ejemplifica a través del ejercicio del marcador con el cual se escribe en el pizarrón y se ven innumerables nombres y usos dependiendo la cultura objetual que posea un sujeto cuando utiliza o nombra este objeto que sirve, comúnmente para escribir. A través de este pequeño ejercicio, se muestra que la semiótica no tiene la palabra definitiva, sino que quien tiene la palabra es quien la construye. Y construir es nombrar y en este sentido hay una fortaleza entre interpretación y significación. Es como la diada lectura-escritura, son indivorciables.

Esto es útil en la medida en que se entienda que desde la semiótica, hoy en día en el mundo nada es original, vivimos entre copias, porque todo es resultado de los modelos que todos seguimos, porque los productos obedecen a estilos y a tendencias, y que por supuesto, son susceptibles de mejorar. Esto se justifica con el teorema semiótico de los signos.

De esta forma, se concluye que semiótica y hermenéutica como disciplinas necesarias para el diseño son resultantes de un "acercarse comunicativamente" al objeto, y buscan los sentidos y significados ocultos dentro de otros significados. 

Así pues, los objetos hablan o no hablan, quien los diseña plasma un discurso, pero es quien interactúa con ellos quien debe hacer que hablen, quien debe descifrarlos.

La semiótica es la ciencia de la mentira, siempre duda de la realidad, lo que es, no es sólo lo que es, es que siempre esconde algo más; esto es una mentira que no tiene sentido ético, sino que es una mentira estética y simbólica, en la que cada objeto tiene algo más en su interior. 

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Escrito realizado por Isabela para la clase de Semiótica del Objeto.
Salón 504, edif Básicas. Agosto 23, 2012.

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