DISCURSO PLÁSTICO TINTAS CONCURRIDAS SOBRE EL ASFALTO
LO hicimos después de tantos ires y diteres... felicitaciones a la clase de SEMIÓTICA DEL OBJETO,el curso cerró estupendo. Lo que verán lo he llamado TINTAS CONCURRIDAS SOBRE EL ASFALTO.
Llevamos a la práctica tantos elementos teóricos estudiados durante el semestre: hasta nervios y miedos llevamos en el morral de nuestras actitudes en una Bogotá insegura la cual se comportó muy bien al igual que nosotros.
Los estudiantes colaboraron en demasía, el momento de las 3 pm fue genial pues el sol estaba en su plenitud cómplice, la actitud de todos, e incluso, la de los estudiantes de otros semestres que tomaron fotos y grabaron el video que pronto veremos.
Con esta realización, quedé satisfecho pues la SEMIÓTICA DEL OBJETO no sólo es representación sino -POR SOBRE TODAS LAS COSAS-, crítica, construcción estética y discurso plástico, y sirve para complementar el discurso del diseño pues desde lo urbano aporta belleza, transversalidad, lúdica.
El ejercicio planteó además un absurdo espacio peatonal que hace que las cebras "vivan" con otras configuraciones ... y construye a un peatón lúcido, lúdico, cosmopolita y absurdo pues la lógica de los discursos urbanos institucionales se ve reforzada, reimaginada y resignificada (también criticada), haciendo de un sujeto citadino no solo un caminante desprevenido (como lo es siempre) sino un actor consciente de que la ciudad le está dando más de los que pisa y ve.
Aquí este "parche" plástico elaborado con pintura de agua funciona desde la terapéutica del cansancio como una pausa contra el estrés; plantea un masaje visual que recorre el cuerpo total pero sobre todo hace viral un encanto a través de la visualidad que se puede pisar y saborear con las suelas de los zapatos.
Frescura para los ojos, para el corazón y para la mente y sobre todo un jalón de orejas a la inconsciencia...
Un plano, un tapete, una pintura, una alfombra de colores por donde caminar con cierta alegría en cada paso, lo que viene a resultar también, que las cebras pueden ser desde una óptica del espacio transfigurado del que habla Baudrillard, una negación del aburrimiento y de la soledad en la que hombre contemporáneo de las metrópolis vive a diario.
¡Buena lid! Que la semiótica aporte al paisaje urbano con sentido de músculo creativo.
CHULESPE
— en Bogota. D.C.
Llevamos a la práctica tantos elementos teóricos estudiados durante el semestre: hasta nervios y miedos llevamos en el morral de nuestras actitudes en una Bogotá insegura la cual se comportó muy bien al igual que nosotros.
Los estudiantes colaboraron en demasía, el momento de las 3 pm fue genial pues el sol estaba en su plenitud cómplice, la actitud de todos, e incluso, la de los estudiantes de otros semestres que tomaron fotos y grabaron el video que pronto veremos.
Con esta realización, quedé satisfecho pues la SEMIÓTICA DEL OBJETO no sólo es representación sino -POR SOBRE TODAS LAS COSAS-, crítica, construcción estética y discurso plástico, y sirve para complementar el discurso del diseño pues desde lo urbano aporta belleza, transversalidad, lúdica.
El ejercicio planteó además un absurdo espacio peatonal que hace que las cebras "vivan" con otras configuraciones ... y construye a un peatón lúcido, lúdico, cosmopolita y absurdo pues la lógica de los discursos urbanos institucionales se ve reforzada, reimaginada y resignificada (también criticada), haciendo de un sujeto citadino no solo un caminante desprevenido (como lo es siempre) sino un actor consciente de que la ciudad le está dando más de los que pisa y ve.
Aquí este "parche" plástico elaborado con pintura de agua funciona desde la terapéutica del cansancio como una pausa contra el estrés; plantea un masaje visual que recorre el cuerpo total pero sobre todo hace viral un encanto a través de la visualidad que se puede pisar y saborear con las suelas de los zapatos.
Frescura para los ojos, para el corazón y para la mente y sobre todo un jalón de orejas a la inconsciencia...
Un plano, un tapete, una pintura, una alfombra de colores por donde caminar con cierta alegría en cada paso, lo que viene a resultar también, que las cebras pueden ser desde una óptica del espacio transfigurado del que habla Baudrillard, una negación del aburrimiento y de la soledad en la que hombre contemporáneo de las metrópolis vive a diario.
¡Buena lid! Que la semiótica aporte al paisaje urbano con sentido de músculo creativo.
CHULESPE
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